domingo, 31 de marzo de 2013

¿Lengua muerta?

Tenemos muchas palabras y expresiones en el castellano que han ido sobreviviendo per saecula saeculorum a la evolución del mismo. A priori se puede decir que conocer el latín no es conditio sine qua non para comprender este texto, ya que en el statu quo de nuestra lengua estas expresiones o lexemas son vox populi.Voy a intentar redactar una entrada, ex professo y de motu proprio, sobre este tema, procurando que no sea un totum revolotum. Espero no quedarme in albis o tener un lapsus y si en el corpus de este texto creado ad hoc ocurre, mea culpa.
   
Comencemos ipso facto para no aplazar sine die el momento de comenzar.
En estos días si te interesas por el latín te consideran una rara avis, a posteriori puedes intentar convencer at urbi et orbe de que nuestra lengua materna no sufre un rigor mortis tan grave como algunos creen, pero se puede probar a grosso modo aún a riesgo de oír algún ex abrupto, como que sufres delirium tremens, declararte persona non grata, recibir un ultimátum, et cetêra, si lo haces in situ. A no ser que tu interlocutor tenga el status de filólogo en su curriculum vitae.

He redactado un memorándum de algunas de las expresiones más usadas para facilitarme el modus operandi.
-Alias> de alius=Otro, se coloca antes del apodo.
-A.M.> Ante meridiem = Antes del mediodía.
-Campus=Terreno de un colegio o universidad.
-Déficit=Cantidad que falta.
-Máxime=Principalmente.
-P.M.=Post Meridiem: después del mediodía.
-Referendum=Sometimiento a votación.
-Rictus=Mueca de la boca.
-Superávit=Exceso del haber sobre el debe.
-Viceversa=Al revés.
-Quisque=Todo el mundo (popularmente quisqui).
Júnior>iunior=Se usa para distinguir a un hijo del padre con el mismo nombre.

Bueno de momento creo que será suficiente ya que el corpus de latinismos en el castellano es grandísimo y puede convertirse en todo un mare magnum. Espero contar con vuestro plácet para volver sobre este tema sin que parezca pesado. A Deus.
Post data: gracias a libelulandroide por su comentario.


jueves, 14 de marzo de 2013

Y tú, ¿de quién eres?

El origen de los apellidos puede que sea uno de los temas que más curiosidad despiertan en la gente aunque no sean estudiosos de estos temas. A todos nos ha picado alguna vez el gusanillo por saber de dónde proviene nuestro nombre.

A lo largo de generaciones, éstos se han visto sometidos a cambios y evoluciones como palabras que son. Algunos de esas “mudanzas”-como se diría en la época- se debían a cambios ortográficos y fonéticos, sin embargo en ocasiones las transformaciones eran debidas a simples errores ortográficos o  caligráficos totalmente accidentales; a menudo, un mismo apellido aparecía en un mismo documento escrito con “b” en un párrafo y con “v” en el siguiente, o con la preposición “de” delante y eliminándola al final del escrito.

A partir de 1564, tras el Concilio de Trento, la Iglesia impone el uso de libros de registro parroquiales. Pero no será hasta el primer tercio del siglo XIX, cuando entra en vigor la Ley del Registro Civil, el momento en que se “oficializan” los nombres de las personas y estos cambios disminuyen fijándose de forma estable estos “cognomen” (esta palabra sirve tanto para el sing. como para el pl.).

Por lo que he  estado leyendo en algunos trabajos sobre el tema, la clasificación que podría hacerse en un primer momento es la siguiente:
-por las desinencias: -ez  y –oz (en español)
-por los topónimos
-por los oficios
-Por los sobrenombres o motes.
-Por no tener hogar y ser puestos al cuidado del estado o la iglesia.
En el primer caso tenemos ejemplos como; Fernández=hijo de Fernando, Rodríguez=hijo de Rodrigo o Núñez=hijo de Nuño. En otros idiomas se dan casos como; Abd-el en árabe, que significa “hijo de”, o en ruso la hija de Nicolai es Nicolaieva y el hijo de Petrov es Petrovsky.

En segundo lugar nos referimos a apellidos como; Zamorano, Aragonés, Gades o Úbeda. Aquí los apellidos hacen referencia a las urbes donde tuvieron lugar los orígenes de las citadas familias.
En el siguiente epígrafe, el que se refiere a los oficios, tenemos; Herrero, Guerrero, Pastor o Carretero. Esto se da en otros idiomas; Carpentier, Fierro, Fisher…
Por sobrenombres o motes se cree que derivaron apellidos como; Rubio, Moreno, Cano, etc…El cognomen en estos casos proceden de particularidades físicas que distinguían a ciertas familias que con el tiempo se oficializaron como apellidos. Es el caso del famoso escritor José Saramago.
    Por último, y no por ello menos importantes, existen apellidos que tienen sus orígenes en las desgraciadas circunstancias que sufrieron algunos niños que, dejados al cuidado de instituciones sin reconocimiento alguno por parte de sus padres, son llamados con apellidos como; Expósito, de la Iglesia, España o de los Santos.

También tenemos casos de apellidos que han evolucionado gráficamente; de Ximenez a Jiménez, existen Ferrera y Herrera, Pabón y Pavón, o el que en un principio era del Río ha terminado en Ríos y del Valle en Valle.
Para quitarle seriedad al tema os transcribo un chiste que me contaron hace ya tiempo.

Va un señor a sacarse el pasaporte para realizar un viaje al extranjero y al llegar a la comisaría le dice el policía:
-Por favor, dígame su nombre de pila.
-Ma-ma-ma-manolo. Responde el señor.
-¡Vaya! Veo que es usted tartamudo.
A lo que contesta desabrido
-No agente. El tartamudo era mi padre. Y el del registro civil un gracioso.


lunes, 11 de marzo de 2013

Vaya corte.

El sábado por la mañana, mientras pelaba una naranja me corté con un cuchillo. La herida no era nada importante pero me dirigí al cuarto de baño, donde tengo un pequeño botiquín, para taparme el corte con esparadrapo.

Mientras lo hacía recordé como en mi casa mi madre desechaba algunas prendas ya gastadas por el uso diciendo: “esto ya es para trapo”. También pensé como, en las pelis de acción, los aguerridos héroes rasgaban sus vestiduras para hacer torniquetes improvisados y tapar las heridas a sus amigos o a sí mismos.

Luego me fijé en lo cerca que están la “t” y la “d” en su realización articulatoria y dije: ¡ya está!, es+para+trapo>es+para+drapo, esto es etimología popular.
Pues no, vaya corte. De vuelta en el salón cogí el Corominas y la verdad es que proviene del antiguo italiano “sparadrappo” que se cree compuesto del verbo “sparare”=rajar, partir por la mitad, y “drappo”=tela o paño.

La próxima vez procuraré comer “mondarinas”, palabra muy usada en Andalucía occidental y el sur de Extremadura que por paranomasia y relación semántica, ya que es una fruta fácil de mondar, acabó siendo de uso frecuente en lugar de “mandarinas”,

Para terminar y a modo de curiosidad busqué la palabra: “botiquín”, que es el diminutivo de “botica” que viene del griego apothiki=almacén.


miércoles, 6 de marzo de 2013

Una vuelta a la tortilla

He aquí un ejemplo de cómo las palabras evolucionan a veces de manera muy curiosa. En el caso de estas dos que vamos a comentar, se ha llegado a invertir el nivel de prestigio social que antes tenían sus respectivos referentes. Pero...¡ah, amigo! El latín no engaña, como el algodón. Si observamos el origen semántico de estas palabras podremos deducir según que cosas.    

El término maestro  proviene de magister  y este, a su vez, del adjetivo magis  que significa más  o más que. Por lo tanto  magister lo podríamos definir como: “la persona que  destaca por estar por encima de los demás por sus conocimientos y habilidades”.    Por ejemplo: Magister equitum= jefe de caballería en la Antigua Roma o Magister militum =jefe militar.       

El término ministro  proviene de minister  que a su vez se compone con el adjetivo minus  que significa menos  menos que. El minister sería por tanto el sirviente o el subordinado que apenas tenía habilidades o conocimientos."    Quizás de ahí: minusvalorado, minucia.Si seguimos la lógica y confiamos en el significado histórico y original de las palabras…          

EL LATÍN NOS EXPLICA POR QUÉ TENEMOS TAN BUENOS MAESTROS (sin peloteo […] bueno sí) PERO EN CAMBIO TENEMOS TAN MALOS MINISTROS.   (¡Uf! Que a gusto que me he quedao).


martes, 5 de marzo de 2013

Os damos nuestra palabra



Etimología: presentación.



Etimología.
(Del lat. etymologĭa, y este del gr. ἐτυμολογία).
1. f. Origen de las palabras, razón de su existencia, de su significación y de su forma.
2. f. Especialidad lingüística que estudia el origen de las palabras consideradas en dichos aspectos.
   Esta disciplina del estudio de la lengua, como la define el DRAE, se encarga de estudiar no sólo la procedencia de las palabras, sino también la cronología de su incorporación al idioma y la evolución diacrónica de las mismas, sus cambios de forma y de significado. Como no podía ser de otra manera, vamos a comenzar con la propia palabra “etimología”, compuesta por ἔτυμος, ('étymos': « [elemento] verdadero, auténtico»), y -λογία ('logía': «tratado, estudio»).
    Los enfoques desde los que se puede estudiar una palabra son varios. He estado buscando y he encontrado los siguientes:
1.     Etimología Precientífica. Es el punto de vista más intuitivo al relacionar las palabras. No tiene demasiado en cuenta aspectos históricos y se basa en aspectos fonéticos y culturales. No es muy estricta filológicamente hablando. Un ejemplo podría ser relacionar las palabras homo=hombre y humus=tierra. Esta sería una etimología de inspiración cristiana cuya doctrina afirma que el hombre fue creado de la tierra.
2.     Etimología Científica. Este método intenta ser más riguroso y trata de seguir la evolución de una palabra desde su origen hasta la actualidad; teniendo en cuenta las condiciones de uso, la procedencia de los préstamos entre distintas lenguas y como influyó el contacto entre ellas, la compatibilidad de los usos fonéticos y de formación de palabras conocidos y en el campo semántico los cambios de significado que adquieren las palabras con su evolución. Ej.: del latín via strata=camino empedrado>ing. Street o it. Strada.
3.     Etimología popular. Los hablantes se encargan de establecer convenciones que transforman el uso y el significado original de una palabra o crean palabras nuevas a partir de una realidad. Un ejemplo podría ser el origen de la palabra “tapa” a partir de una rodaja de fiambre que se usaba para “tapar” el vaso de vino y que no cayeran en su interior los insectos que en aquellos tiempos pululaban por la bodega. Se conocen como etimologías motivadas.
4.     Préstamo Lingüístico. El estrato léxico es uno de los más permeables de una lengua. Muchos étimos de palabras son compartidos en idiomas diferentes. Las relaciones comerciales, y también las forzadas como las invasiones, etc...y hoy en día la globalización, hace que las palabras sean comunes a muchas lenguas.
   Con el desarrollo de esta disciplina y sus métodos aparecen los diccionarios etimológicos. Partiendo de la palabra actual estudian su historia anterior o a partir del étimo se describe su evolución.
   Una vez presentado el tema nos adentraremos en las curiosidades de las palabras, desde el máximo rigor que nos sea posible pero con el objetivo de que sea un blog que despierte la curiosidad de sus visitantes y con la intención de comprometernos a contestar dudas que planteéis sobre palabras por las que tengáis interés, teniendo en cuenta que pese al rigor que en la actualidad ha alcanzado esta materia, en los propios diccionarios se advierte de la imposibilidad de asegurar que el resultado sea 100% fiable.
  Hasta la próxima.
Ariadna y Pepe.