lunes, 27 de mayo de 2013

Etimología popular

La etimología popular puede cambiar tanto la forma como el significado de una palabra conectándola erróneamente con otro término al que es similar en cuanto al sonido.
Este es un proceso más común de lo que cabría imaginar, que podemos encontrar en tanto en nuestra lengua como en las demás.



Tenemos el ejemplo de cerrojo, que modificó su forma etimológica verrojo (de verucŭlum, diminutivo latino de veru, ‘cierre’) para asociarlo a su función, la de cerrar. También existieron las formas ferrojo y herrojo, por asociación con el material de que está hecho, el fierro o hierro.También podemos encontrar la distinción de tapiar por tapar, si aceptamos la nueva conexión significativa, se crearía una vinculación con 'tapia', porque ésta impide que la vista se extienda. Tapiar, pues, se ha erigido en término polisémico, al significar tanto "construir una tapia" como "tapar".


También podemos encontrar la distinción de tapiar por tapar, si aceptamos la nueva conexión significativa, se crearía una vinculación con 'tapia', porque ésta impide que la vista se extienda. Tapiar, pues, se ha erigido en término polisémico, al significar tanto 'construir una tapia' como 'tapar'.
Otro ejemplo es el de raspapolvo o rascapolvo por rapapolvo. La vinculación exclusiva de rapar con pelo ha creado en rapapolvo una auténtica incompatibilidad semántica, que se procura resolver mediante el significado de otros verbos, no excesivamente felices: 'raspar' y 'rascar', ambos de índole metafórica o hiperbólica.El progreso en el ajuste semántico gracias a la etimología popular no implica variación en la estructura de los elementos: el término continúa siendo compuesto de verbo y sustantivo.Esto también sucede en las otras lenguas como he mencionado antes. Un ejemplo es la palabra francesa forain (forastero), que ha dado en inglés foreign, a su vez procede del latín foranus (extranjero).

En la frase marchand forain (mercader ambulante, feriante), el término se asoció equivocadamente a foire (feria), que es la misma palabra que la inglesa fair, y esta asociación ha afectado al significado entero de forain. El enlace semántico entre las ideas "mercader ambulante" y "feria" sin duda facilitó el cambio, pero la semejanza fonética con foire es todavía más marcada.

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